Los bosques de la Comunidad de Madrid

En esta entrada escribe sobre los bosques madrileños nuestro amigo Guillermo Riesco Muñoz, profesor y gran conocedor del monte.


Así, que se me ocurra, Madrid es una comunidad muy singular porque en poco territorio te puedes encontrar con muchos climas diversos y con formaciones forestales también muy diversas, desde zonas de vegetación alpina en el norte, donde pasas el límite altitudinal de la vegetación arbórea y dejas de ver pinos silvestres y abedules, para ver la típica vegetación almohadillada de esas cumbres procelosas, hasta los yesares y paisajes desérticos del sur de Madrid, donde solo te encuentras Pinus halepensis de repoblación, que es la única especie arbórea que aguantaría en esos secanos, porque si el pino carrasco no aguanta lo siguiente sería pasar a Tetraclinis o bien otras cupresáceas más sufridas. Entre ambos extremos hay magníficos encinares y también dehesas boyales, con fresnos y robles, donde pacen los ganados quejosos y se celebran notables lances cinegéticos. Las formaciones en galería de las riberas de los ríos son una delicia (ribera del Henares, del Tajo, del Alberche, del Manzanares), lugares de una increíble riqueza ornítica, donde podemos presenciar como las aves libran sus amorosas querellas, aunque se trata de zonas fuertemente humanizadas por lo que los bosques ripícolas mejor conservados son escasos y fragmentados. Esto es así porque en Madrid no existe ya el medio rural; toda la comunidad es zona metropolitana.


Si te vas hacia el oeste, siguiendo el curso del río Alberche, por la vertiente sur de esas sierras de Guadarrama y Gredos que quiebran el horizonte como gigantescas oleadas de espuma petrificada, te puedes encontrar pinares de
Pinus pinaster que, sufridos, fueron resinados durante años y también te holgarás en contemplar soberbios pinares de Pinus pinea, que producen esos piñones carísimos. Los pinares de piñonero me recuerdan a los paisajes de la Toscana, aunque bien mirado no sé por qué digo esa boutade porque yo nunca he estado en la Toscana.


Tirando hacia el norte, hacia las cumbres de Somosierra, escenario de feroces batallas, te puedes encontrar con una cosa curiosa, como es el hayedo de Montejo, que pasa por ser el hayedo más meridional de Europa, aunque en puridad el hayedo más meridional de Europa se encuentra en Tarragona, en la sierra de Beceite. Ya sabes que los bosques de hayas son muy bonitos sobre todo en otoño, aunque es en esa época cuando el hayedo se llena de madrileños, que somos muy dados al solaz y al recreo, con lo que toda la supuesta magia y el embrujo de los hayedos quedan diluidos entre las miríadas de excursionistas.


Y es que Madrid es mucho Madrid
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