Bosques de Asturias

Pese a las particularidades que nos definen, lo cierto es que son múltiples las semejanzas entre Galicia y Asturias. Es más, compartimos incluso un reconocimiento de la Unesco, que, en 2007, declaró catorce municipios lucenses y asturianos como Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras do Burón, convirtiéndose así en el primer título que este organismo internacional otorgaba conjuntamente a dos comunidades autónomas en España.

El paisaje, sin duda, es espectacular, puesto que está presidido por magníficos bosques en los que cuantos lo visitan se pueden encontrar todo tipo de especies autóctonas, cuyas variedades y poblaciones varían en función de la unidad paisajística en la que nos encontremos. Así, en el litoral (o la Rasa), la flora varía en función de su cercanía al mar; en la Ría de Ribadeo, los bosques son pantanosos; en los corredores fluviales, podemos encontrarnos todo tipo de árboles de ribera formados por alisos, fresnos, sauces y avellanos; y, en la montaña, podemos admirar hayedos acidófilos atlánticos, bosques mixtos secundarios, bosques aluviales, robledales galaico-portugueses, bosques de castaño, alcornocales y bosques de acebo, lo que prueba la inmensa riqueza de este espacio natural protegido.

Pero esta no es la única Reservas de la Biosfera del Principado, que también obtuvo este reconocimiento de la Unesco para Las Ubiñas­-La Mesa; para los Picos de Europa, declarados Parque Nacional hace más de un siglo, en 1918; para las Redes, hábitat del urogallo, en peligro de extinción; para Somiedo, donde la Fundación Oso Pardo tiene un centro de información; y para Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, en la que, al igual que en Somiedo, es posible ver al oso pardo y en la que se encuentra la Reserva Integral de Muniellos, en la que se sitúa el mayor robledal de España, y en la que es posible admirar otros muchos ejemplares de otras especies, tales como fresnos, avellanos, arces o diferentes sauces.

Asturias, en cualquier caso, es eminentemente forestal, tal y como prueba el hecho de que el 70 por ciento de su territorio esté calificado como monte. En el espacio arbolado, predomina el hayedo, con más de 65.000 hectáreas; aunque también hay robledales y bosques de abedul y, además, Asturias alberga la mayor superficie de España de castaño.

Pese a ello, el árbol más antiguo del Principado es un tejo; concretamente, el tejo de Bermiego, declarado Monumento Natural por parte del Principado de Asturias y que en 2008 obtuvo el premio al árbol más longevo al ser uno de los árboles más viejos de toda la península ibérica y uno de los más bellos de Europa.